Mitos y verdades de la alimentación

Cuando comenzamos un cambio en nuestra alimentación son muchas las dudas que nos surgen, entonces inevitablemente  salen a la luz aquellas frases acuñadas, mitos y sabiduría popular que nos han acompañado siempre, sin que sepamos exactamente cómo se iniciaron. Pongamos bajo la lupa las ideas más frecuentes sobre nutrición y veamos si son verdad o mitos a descartar.

 

 

Las pastas ¿engordan?

 

No, las pastas no engordan, lo que sucede es que es un alimento rico en hidratos de carbono. Los hidratos de carbono tienen como principal función proveernos de energía. Cuando la energía supera el gasto energético, ésta se guarda en forma de grasa, por eso aumentamos de peso. Entonces lo que nos engorda no son las pastas sino el desequilibrio energético entre lo que entra a mi cuerpo y lo que el cuerpo gasta en forma de energía. Es muy parecido a la economía, cuando ganamos más dinero del que gastamos, entonces podemos ahorrar, el cuerpo hace lo mismo aumentando sus ahorros (energéticos) en los adipositos (las células de reserva). Por lo tanto, a una persona que se ejercita regularmente las pastas no le van a causar sobrepeso.

 

 

El jugo de naranja ¿hay que consumirlo dentro de los quince minutos de haberlo exprimido?

 

Si. Esto se debe a la presencia de vitamina C. Esta preciada vitamina es una de las más volátiles, se pierde al contacto con el aire, por eso exprimir un litro de jugo y dejarlo en una jarra para tomar durante el día no sirve de mucho ya que la vitamina C se evaporará al poco tiempo de haber cortado la naranja. Lo mismo pasa con todos los cítricos. Por eso no se recomienda utilizar  como fuente de vitamina C los medios limones que nos han ido quedando en la heladera (sí los podemos incorporar como aderezo). Las jarras, vasos y frasco de cierre hermético disminuyen un poco la pérdida, pero lo recomendable es exprimirlo en el momento en que lo voy a tomar.

 

Los alimentos congelados ¿son mejores que los enlatados?

 

Depende. Ambos son medios de conservación de alimentos. Los congelados se conservan por medio de las bajas temperaturas que detienen la proliferación de bacterias y la descomposición del alimento; aquí lo que sucede es que hay nutrientes que pueden alterarse o perderse en el momento de descongelarlos. Además es casi imposible garantizar que ese alimento no ha perdido la cadena de frío antes de ser comprado. Los enlatados poseen agregado de conservantes y otras sustancias para extender su vida útil. Visto de esta forma un congelado es más natural que un enlatado, pero si el congelado ha sido “recongelado” varias veces, entonces puede ser nocivo para la salud. Siempre, lo mejor es comer alimentos frescos.

¿Manteca o margarina?

Definitivamente manteca. La margarina es un producto inventado por la industria alimentaria transformando los aceites en grasas consistentes. Lo hacen a través de un proceso llamado hidrogenación, que altera los ácidos grasos formando grasas trans que son altamente nocivas para la salud. Deben evitar las golosinas y galletitas que en sus ingredientes incluyan «aceite vegetal hidrogenado» porque es lo mismo que la margarina y tiene grasas trans.

 

¿Tienen las bebidas cola y el mate tanta cafeína como el café?

Las bebidas cola sí, su concentración de cafeína es elevada, por eso son estimulantes. Además tienen grandes concentraciones de azúcares refinados que aumenta aun más el grado de estimulación. El mate contiene mateína, que es también un estimulante del sistema nervioso central, pero en menor grado que la cafeína (digamos que es menos malo).

 

El azúcar negra, ¿es azúcar integral?

No, es azúcar blanca a la que se ha sido adicionado colorantes o saborizantes con color. El azúcar integral viene de dos formas: lo que se conoce como azúcar rubia (que es la que se conoce como azúcar integral propiamente dicha) y el azúcar mascabo (que se elabora con un procedimiento distinto y es la más nutritiva de todas). Recuerden que con la terminología “integral” nos referimos al alimento que no ha sido sometido a procesos de refinamiento y contiene sus fibras naturales.

Pero no todo saber popular es falso. Y para probarlo, me gustaría compartir con ustedes una frase que siempre decía mi abuela:

“Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”… aquí se palpa la sabiduría de los años de experiencia y su bella poesía. Las abuelas tenían razón, es una buena manera de expresar el ritmo y el equilibrio que necesita el cuerpo, de mayor a menor, o sea… ir reduciendo las cantidades a medida que disminuye la actividad corporal.

 

Nada dice que no podamos encarar nuestra alimentación con conciencia y con ciencia. A tu salud!

Vía: Revista Sophia

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