Aldana fundó Aiken para brindar acompañamiento psicológico a niños en duelo por la muerte de su padre, madre o hermanos. De este modo, junto con los adultos a cargo, logra que puedan continuar con sus vidas de una manera saludable. Por otro lado, capacitan y asesoran sobre el duelo a diversas poblaciones e instituciones: profesionales de la salud, docentes, ONG, empresas, universidades, organismos del Estado, hospitales, cementerios, familiares, entre otros.
Qué está logrando
Aiken lleva 450 pacientes atendidos y 1100 personas capacitadas, con una población beneficiaria directa de 8800 niños y adolescentes. Además de este impacto concreto, a largo plazo buscan generar conciencia social en relación a la muerte, combatiendo tabúes y mitos. Los motiva la convicción de lo importante que es incluir la muerte como parte de la vida para vivir de una manera más consciente, más presente y con más gratitud.
El dato
Aiken lleva adelante consultorios en 6 barrios de la Ciudad de Buenos Aires y 4 localidades del Gran Buenos Aires. Un equipo de 37 psicólogos voluntarios realiza sesiones individuales, grupos terapéuticos y orientación telefónica para casos de crisis que requieren atención inmediata. Además, brindaron capacitaciones en Chaco, Corrientes, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Santa Fe, Neuquén, y otras ciudades de la Provincia de Buenos Aires.
Su mirada
“Fundé Aiken porque yo fui una niña en duelo y sé de lo que se trata ese dolor. Mi papá se murió cuando yo tenía 6 años y mi padrastro en mi adolescencia. Estudiando Psicología, sentí la necesidad de hacer algo con mi dolor, algo para otros con mi propia historia. En un principio, quise unir mis ganas a algo que ya estuviese en funcionamiento, pero como no encontré nada en el país, decidí crearlo. Ahí comenzó la gran aventura.”
