- El proyecto
- Susana fundó y dirige la asociación Una Gota de Salud, que mensualmente brinda atención médica, odontológica y nutricional a 500 familias de los parajes inhóspitos en las salinas de Córdoba. Periódicamente buscan donaciones tanto de medicamentos, como de alimentos, agua y vestimenta. Con un grupo de 40 profesionales viajan 200 km para repartir lo juntado, otorgar atención y realizar un relevamiento de las necesidades de las zonas visitadas.
- Qué está logrando
- El equipo de profesionales de Una Gota de Salud es la única visita médica que reciben las familias en los 15 parajes diferentes. Por medio de los controles, logran detener el crecimiento de la desnutrición infantil, la persistencia de las enfermedades crónicas no tratadas y el deterioro de la salud bucal. Además, evitan el agravamiento de enfermedades causadas por la falta de agua potable.
- El dato
- Mensualmente organizan las zonas que van a visitar, mediante los relevamientos ya realizados con anterioridad. Como no hay medios de comunicación, los parajes conocen las fechas en que van a recibir las visitas y espera el arribo de los médicos.
- Su mirada
- «Desde la niñez me preocupé por el prójimo. Guardaba la merienda de la escuela y le daba de comer a las personas que pedían limosna y a los perros de la calle», explica Susana, y asegura que «cuando nos vamos de este mundo se nos hacen tres preguntas: a quién diste de comer, a quién le diste tu abrigo y a quién amparaste bajo tu techo.»
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Gotas de esperanza para pueblos que las necesitan
Susana Roldán fundó y dirige Una Gota de Salud, con la que visita parajes inhóspitos de Córdoba para llevar atención médica y humana.
El proyecto
Una vez por mes, el mensaje pasa de rancho en rancho: vienen los médicos a la comunidad. En las salinas de Córdoba, los pobladores esperan la llegada del equipo de Una Gota de Salud. “Somos un grupo de profesionales que voluntariamente ayuda a personas con necesidades médicas, odontológicas y nutricionales”, resume Susana Roldán, fundadora e impulsora del proyecto.
“Para eso proveemos medicamentos, alimentos no perecederos, leche, agua y frazadas”, detalla. Trabajan cerca de Cruz del Eje, concretamente en las localidades de Las Ollas, Los Leones, Santo Domingo, San Nicolás, Cachiyuyo, El Retamo, Los Escalones, El Duraznal, El Quicho, La Batea, Puesto Torrado, Pozo del Ñato, La Puerta, Fuerte Las Tunas.
La actividad incluye el seguimiento nutricional de los niños, el control de pacientes crónicos, los estudios epidemiológicos de enfermedades de la zona y el tratamiento de enfermedades infectocontagiosas.
También realizan asistencia odontológica integral, trabajan problemáticas oftalmológicas y auditivas y realizan control veterinario mediante vacunaciones. Para todo entregan medicamentos y otras donaciones que la agente aporta mensualmente, además de llevar a profesionales de distintas áreas.
“Todos trabajan ad honorem. Son odontólogos, médicos, enfermeras y farmacéuticas. Además hay otros voluntarios que conducen los vehículos, entregan la comida y preparan la chocolatada”, destaca Susana.
Cómo nace
El proyecto comenzó en 2008, cuando Susana decidió volver a visitar los parajes en los que se había involucrado anteriormente desde lo social. “Llegué a las salinas de la mano de la Hermana Teresa de San Marcos Sierra, con quien colaboré durante un par de años. En un momento sentí la necesidad de ver a la gente que había conocido y me volví a encontrar con la misma triste situación”, recuerda.
Por eso se propuso trabajar para, concretamente, mejorar la calidad de vida de las personas. “Concientizamos a los pobladores sobre la importancia de los controles y la prevención de la salud”, especifica Susana.
“Estamos en un proceso de crecimiento y por eso también buscamos hacer perforación de pozos y potabilización del agua salitrosa, además de incorporar un vehículo con equipamiento para consultorios médicos”, desarrolla.
Quién es
Médica en una empresa de emergencias, Susana es la directora de Una Gota de Salud y le dedica, sin cobrar un sueldo, entre dos y tres horas por día. “Desde la niñez me preocupé por el prójimo. Guardaba la merienda de la escuela y le daba de comer a las personas que pedían limosna”, recuerda.
“Cuando nos vamos de este mundo se nos hacen tres preguntas: a quién diste de comer, a quién le diste tu abrigo y a quién amparaste bajo tu techo”, profundiza Susana, de 60 años.
Su huella
En un contexto de crecimiento de la desnutrición infantil, persistencia de enfermedades crónicas, falta de agua potable y deterioro de la salud bucal, Una Gota de Mar ayuda a 500 familias de estos parajes que están a sólo 200 kilómetros de la capital cordobesa.
El proyecto compromete, además, a otras 85 familias que preparan cajas con alimentos no perecederos, frazadas, útiles escolares, juguetes y otros elementos para bebés.
Todo es para un fin muy concreto. En palabras de Susana: “Les hacemos sentir que no están solos en el mundo”.