Matías Najún – Hospice Buen Samaritano | Cuidado humanizado en el final de la vida | Pilar, Pcia. de Buenos Aires

El proyecto
Matías fundó el Hospice Buen Samaritano para ofrecer un cuidado integral, profesional y compasivo a personas sin recursos atravesando la última etapa de una enfermedad terminal. Su objetivo es acompañarlas y ayudarlas a que puedan vivir ese tiempo especial con dignidad y con su dolor aliviado. Al mismo tiempo, el proyecto busca formar profesionales de la salud para promover la humanización de la salud, especialmente en el final de la vida.
Qué está logrando
Desde su creación en 2009, más de 250 personas con enfermedades terminales han sido huéspedes del Hospice Buen Samaritano. La asociación cuenta con 132 voluntarios formados para esta tarea de cuidar al más frágil. Además, a lo largo de sus años de existencia, la institución ha brindado capacitación a más de 160 profesionales entre los que figuran médicos, enfermeras, psicólogos y asistentes sociales.
El dato
Matías es médico de profesión, comprometido desde ese lugar con la humanización de la salud, con la vida y con la dignidad de la persona. Desde muy joven participó activamente de diferentes acciones solidarias, hasta que encontró en los cuidados paliativos y el cuidado hospice un espacio en el cual poder conjugar sus inquietudes. Fue entonces que decidió crear junto a otros colegas el Hospice Buen Samaritano para llevar a cabo lo que considera su misión en la vida: en la soledad más incierta, al filo de la muerte, tender una mano y acompañar.
Su mirada
“Si hoy me pregunto qué me motiva a hacer lo que hago, la respuesta sigue siendo la misma: el encuentro con el sufrimiento del otro, esté donde esté. Así, la vocación se hace misión, porque si alguien está sufriendo no me puedo quedar con los brazos cruzados”.

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“Ante el dolor total, el cuidado total”

Matías Najún y su equipo crearon el Hospice Buen Samaritano para acompañar a personas con enfermedades terminales.

El proyecto

“En nuestro país el 90% de la población que sufre una enfermedad terminal no está debidamente atendido y cuidado. Muchas veces son rotulados bajo la frase: ya no queda nada más para hacer”

Matías Najún  creó y preside la fundación Hospice Buen Samaritano para brindar de forma gratuita cuidados integrales y humanizados a personas de escasos recursos con enfermedades terminales. Además, Matías y su equipo  buscan generar conciencia y formar a profesionales de la salud en los cuidados paliativos dictando cursos y capacitaciones en diferentes hospitales.

“Hoy un enfermo terminal es alguien que esta relegado. Se los descuida  por el miedo que  genera el no saber qué hacer”.

La fundación cuenta con una casa en Pilar para alojar a personas con enfermedades terminales en situación de pobreza y cuidarlos hasta el final de sus vidas. Allí no sólo reciben la atención médica adecuada, sino que  encuentran un ambiente cálido y familiar para enfrentar la última etapa de sus vidas en paz y con dignidad.

Cómo nace

“Todo esto se trata del encuentro entre dos personas, ponernos a la altura de ellos, mirarlos a la cara, volver al escucharlos, que se sientas reconocidos como personas”.

Ya desde su tiempo de estudiante de medicina, Matías participó activamente de diferentes iniciativas solidarias movido por su firme convicción de humanizar la ciencia. Algunos años después, encontró en la medicina  paliativa un área donde poder poner en práctica todo lo aprendido.

Fue así que comenzó a capacitarse y en 2007, junto a un equipo de diez profesionales, concibió  la idea de crear el  Hospice Buen Samaritano, lo que se materializó dos años después tras conseguir los fondos para adquirir la casa en Pilar y acondicionarla adecuadamente para poder brindar este tipo de cuidados.

Quién es

“Es tanta la gente que necesita ayuda, es tanto lo que hay que dar. Tengo la sensación permanente de que la vida no alcanza para todo lo que hay que hacer”.

Matías estudio medicina en la Universidad de Buenos Aires y es médico de familia certificado en cuidados paliativos. Actualmente, además de ser el presidente del Hospice Buen Samaritano, se desempeña como Jefe del equipo de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Austral y en FUNDALEU.

Su huella

“No nos alcanza con el calmante justo, tenemos que abrazarlos como un todo. Tenemos que abrazar a la persona y a su situación para poder ayudarlos. Ante el dolor total, el cuidado total que les propone el Hospice”

Desde la creación del Hospice Buen Samaritano en 2009, unas 201 personas de bajos recursos y con enfermedades terminales  han pasado por la casa logrando transitar la última parte de su vida con paz y dignidad.  Además,  a estas se le suman otras 250 atendidas y acompañadas por el equipo de profesionales del Hospice en los hospitales de Pilar y San Miguel desde marzo 2013.

En cuanto a la labor formativa y educativa que lleva a cabo la fundación, el equipo de Educación de Hospice ha brindado distintas instancias de capacitación en acompañamiento al final de la vida a unas 300 personas entre los que  figuran voluntarios, médicos, enfermeros, psicólogos y religiosos.

 

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