Leila Abdala – Preside: Fundación Minka – Inclusión integral de personas con discapacidad | S.M. de Tucumán, Tucumán

El proyecto
Leila acompaña el desarrollo de personas con discapacidad. Más de 70 niños, jóvenes y adultos participan de las propuestas de MINKA: talleres de radio, arte y confección de artesanías, actividades asistidas por caballos, huerta terapéutica y empleo con apoyo. Los programas están diseñados para que los participantes desplieguen sus capacidades motrices, cognitivas y emocionales. Leila, además, construye espacios de integración con la comunidad y acompaña a los padres en el crecimiento de sus hijos.
Qué está logrando
Un promedio de 50 personas con discapacidad de diversas edades se han vinculado cada año con las iniciativas que la fundación desarrolla desde 1992. Leila también recibe personas sin discapacidad que viven alguna situación de vulnerabilidad y que puedan beneficiarse de los talleres. Esto se ve impulsado por otra certeza que la mueve: la necesidad de potenciar la integración de quienes la sociedad insiste en llamar diferentes.
El dato
El trabajo de Leila se apoya en una escuela de voluntariado que su fundación gestiona. Hoy cuentan con 50 voluntarios formados. Su mayor orgullo es haber contribuido a una sociedad más justa al crear espacios concretos en los que personas con inquietud de dar, pudieron darse en beneficio de los demás.
Su mirada
Leila confiesa que este proyecto es posible gracias al compromiso de su marido y sus cuatro hijos. “No podemos cerrar los oídos a la demanda de un sector de la población que pide ser escuchado y que necesita alcanzar una mejor calidad de vida. Quiero construir una sociedad más parecida a la de mis sueños, que nos ofrezca oportunidades a todos”.

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Fundación Minka para personas con dignidad

Rompiendo las barreras de la discapacidad

Las personas con discapacidad y sus familias, normalmente cuentan con pocos recursos para incluirse, educarse o integrarse en el mercado laboral. Por eso, en Tucumán, Leila Abdala inició la Fundación Minka en 1992: allí, la diferencia es bienvenida, abrazada, y convertida en riqueza y diversidad.

 

El Proyecto
Cuando normalmente todos les cerraban las puertas, Leila Abdala decidió abrirlas de par en par, para recibir a las personas con discapacidad y sorprenderse con la capacidad que tienen para desafiar los límites. Desde la Fundación Minka acompaña el desarrollo de 70 niños, jóvenes y adultos con diferentes grados de discapacidad. A través de talleres y actividades recreativas, Minka busca que desarrollen mejor sus capacidades y aumenten su grado de integración con el resto de la comunidad.

 

Antonio participa del Empleo con Apoyo, en Mc Donalds de Tucumán: “Este trabajo es muy especial para mí, siento que tengo amigos y amigas que me respeten como soy, que me quieren como soy.

 

El trabajo de Minka se canaliza a través de diferentes actividades: Talleres de expresión, adonde a través de las artes plásticas se potencia el desarrollo de la comunicación y la expresión; Talleres de producción, adonde se favorece el trabajo autónomo de los chicos; Talleres de radio; Programas de empleo con apoyo, en el que se acompaña a los jóvenes que logran insertarse laboralmente; equinoterapia; talleres de huerta terapéutica y un proyecto de voluntariado que trabaja con 50 personas.

 

La Fundación funciona de los lunes a sábado en forma paralela en sus sedes de San Miguel de Tucumán y Yerba Buena y en las distintas instituciones adonde se despliegan las actividades de la ONG. Además de realizar trabajos con los chicos, la institución trabaja con los padres, tratando de contenerlos y apoyándolos en la tarea de educar a un hijo con discapacidad.

 

Minka también funciona como un centro de referencia y consulta a nivel provincial, ya que muchos particulares e instituciones consultan a la ONG como una propuesta alternativa a las terapias convencionales: su trabajo con la naturaleza y el arte logra cambios notorios.

 

Algunos de los beneficiarios de Minka colaboran con un aporte mensual acorde a sus posibilidades por las terapias que reciben. En general estos aportes son reintegrados por las obras sociales. Minka también se financia de aportes privados y donaciones, como la Fundación Banco Macro, y no recibe ningún aporte estatal.

 

Minka trabaja en conjunto con el Hospital de Niños, el Hogar San José, el Hospital Avellaneda, la Escuela Especial ALPI, la Escuela Especial Clotilde Doñate, la Sala Anne Sullivan, la Escuela para Ciegos de Santa María, Catamarca, el Colegio Nueva América, la IPA, el Hope Center y la Human Society de Miami y el Colegio de Veterinarios de Tucumán.

 

Entre los proyectos a futuro, Leila sueña con construir infraestructura para el predio de la fundación en Yerba Buena, para aumentar la oferta educativa y terapéutica para los chicos. Otra necesidad de la organización es contar con vehículos para transportar a personas con dificultades motrices.

 

Cómo nace

 

La Fundación Minka arrancó por iniciativa de Leila Abdala en 1992. Aunque al principio funcionó como taller, se constituyó formalmente como fundación en 1996. Leila creció en una familia que le dio afecto, recursos y oportunidades en todo sentido. Luego, la crudeza del mundo le mostró que no todos tenías esa riqueza de vida, y entonces eligió trabajar por la igualdad de oportunidades: se volcó a uno de los sectores más desprotegidos de la sociedad, las personas con discapacidad.

 

La vulnerabilidad de las familias de los chicos con capacidades especiales despertó en Leila el deseo de hacer algo. “Muchas veces nos encontramos con mamás que están angustiadas por pensar qué va a pasar con su hijo cuando ellas ya no estén. Y nosotros nacimos porque queremos estar ahí por ese hijo”, dijo Leila.

 

Quién es
Leila Abdala tiene 41 años y es la fundadora y presidente de la Fundación Minka, desde 1992. Trabaja en el proyecto de lunes a viernes. Su marido también colabora activamente en las tareas de Minka. Además de presidir la entidad, Leila está a cargo de los talleres de expresión y producción y el programa de empleo y también coordina el proyecto Yanapay, que trabaja en la integración de  ciegos y de niños discapacitados.

 

Junto con ella, su marido se ocupa de los talleres de huerta y equinoterapia. Tienen cuatro hijos, y Fundación Minka es, para ellos, una misión de familia.
Su huella

Me gustaría que todos los chicos que vienen a la Fundación logren sus propios sueños, y acompañarlos en eso. Nuestro mensaje es que no dejen que nadie les diga que no pueden”, dijo Leila.

Por la Fundación Minka pasaron un promedio anual de 50 alumnos y entre 30 y 40 voluntarios. Actualmente recibe a más de 70beneficiarios y 50 voluntarios. Cuenta con dos sedes, una donada por el padre de Leila y otra aportada por un benefactor de la fundación.
La organización cuenta con 150 benefactores, ya realizó 10 ferias de venta de productos realizados por sus alumnos y ha sentado precedentes en la realización de terapias alternativas para el estímulo y la ayuda de las personas con capacidades diferentes, que en general no cuentan con soluciones y propuestas a nivel del Estado y la Escuela.
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