Con el corazón puesto en darles otro futuro a los niños del Chaco

Tomás Montemerlo pasó más de un cuarto de su vida en esta provincia, en la que trabaja con su organización Voy con Vos. Luchan por brindar mejores oportunidades educativas a las comunidades más vulnerables

 

Cuesta -y mucho- que hable en primera persona durante la entrevista. Siempre responde en plural, siempre con un «nosotros». Es que no le gusta, no se siente cómodo con el rótulo de líder social, ya que afirma que el trabajo que se realiza en Voy con Vos -asociación civil que intenta mejorar la calidad de vida de diversas comunidades rurales a través de la educación- es colaborativo, grupal, y no mérito de él como individuo.

Sábado. El asfalto quema literalmente en la ciudad de Buenos Aires, y Tomás Montemerlo espera en la puerta de un garaje del barrio de Recoleta para hacer la nota.

Advertirá que, efectivamente, la locación corresponde a la sede de la ONG: autos estacionados, una puerta, la oficina, un escritorio, dos ventanas, fotos de chicos en las paredes. Contará más tarde que pasó varias horas ordenando el lugar, propiedad de un chico que les dejó hasta las muebles para que Voy con Vos tenga un espacio.

Tomás, a simple vista es joven -trascurridos los minutos dirá que tiene 26 años-, de estatura media, bajo perfil, pero de paso firme. Más de un cuarto de su vida visitó la provincia de Chaco, puntapié para que naciera Voy con Vos.

«Tenía 17 años -duda, dice 16 y afirma-: Sí, en 2004, hicimos el primer viaje. Fuimos a misionar con el colegio al que iba, el Champagnat, éramos 35 chicos, sí, un grupo, de diferentes edades. Era la primera vez que participaba, no sabía con qué me iba a encontrar, pero ni dudé en ir», cuenta Tomás.

Así, casi por casualidad, comenzó su vocación social. «Llegamos en micro a la ciudad Tres Isletas -localidad de más de 20.000 habitantes-, a la escuela Lote 20. Faltaba un montón de cosas; no tenían luz, por ejemplo. Cosas que para nosotros, que nos quedábamos una semana, te las bancabas perfecto, pero que para una escuela eran determinantes», relata.

De ese primer viaje la postal que le quedó fue la calidez humana de la gente. «Nos hicieron sentir muy cómodos -narra Tomás-. No teníamos nada en común y nos recibieron muy bien, cariñosamente. Y eso creo que fue lo que colaboró para que varios hayamos querido volver al lugar, creáramos un vínculo que hizo que, con el correr de los años, se fortaleciera.»

JÓVENES CON UN MISMO SUEÑO

Desde ese entonces hasta 2007, Tomás viajó una vez por año y se quedaba una semana en Tres Isletas. «Viendo la necesidad de la zona, las dificultades que tenían, decidimos seguir trabajando y en julio de ese año arrancamos con algunos chicos -4 o 5 éramos- a pensar qué podíamos hacer. Nos volcamos de entrada a lo que es educación, no sabíamos específicamente qué íbamos a hacer, pero sí que ése tenía que ser el eje del proyecto. En octubre hicimos el primer viaje como grupo ya fuera de la escuela, digamos, nos juntamos con las directoras de las escuelas de las comunidades Lote 20 y 42, que eran los lugares adonde íbamos a trabajar y anotamos las cosas que ya sabíamos que hacían falta y las que nos dijeron que los chicos necesitaban», recuerda.

Pronto, a esos 4 o 5 chicos se les sumaron 15 más y entre varios nombres decidieron que el proyecto solidario se llamaría Voy con Vos -asociación integrada hoy por más de 40 jóvenes voluntarios de entre 22 y 30 años-. «Se nos pegó el nombre -dice Tomás con una sonrisa-; es que tiene que ver con lo que hacemos: trabajar en conjunto y acompañar a los chicos. Todos nuestros programas se realizan con y a través de la gente: sin su participación no funciona.»

«¿Qué realidad había en Tres Isletas? Familias con necesidades socioeconómicas básicas. Son chicos que con el tiempo fueron mejorando, pero que en su mayoría vivían -o viven- en casa de adobe, la gran mayoría tiene luz, pero no viven en una situación favorable. Entonces -asevera el integrante de Voy con Vos-, es a través de la educación que nosotros buscamos motivar a los chicos para que ellos el día de mañana puedan elegir mejorar.»

Y en 2008 dispusieron buscar algunos padrinos que los ayudaran. Iban a empezar con gente conocida, ya que necesitaban que los chicos tuviesen una beca para que vayan al pueblo y estudien, debido a que, en ese momento, no contaban con un secundario en la zona.

Los planes habían sido más o menos diagramados: en 2008 sería el año en que ellos se capacitarían como grupo, para que todo funcionara mejor y en 2009 pudieran largar las becas.

Sin embargo, tuvieron que cambiar el rumbo. «A principio de 2008, nos mandó un mensaje una de las chicas del Lote 42, Cecilia, que quería estudiar, que arrancaba el año que viene con el secundario y que necesitaba nuestra ayuda. No podíamos dejar pasar esto y a su vez junto a Ceci querían comenzar a estudiar otras tres más , Yeyi, Yani y Gloria -dice Tomás-. A lo que nos convencimos de que no importaba que no estuviésemos preparados, íbamos a ir capacitándonos mientras conseguíamos padrinos para estas 4 chicas y con eso les cubríamos los uniformes, materiales y la estadía en la residencia escolar.»

Así fue como en 2008 tuvieron que aprender a los «tumbos» define Tomás: «El primer año no teníamos una tutora que acompañara a los chicos en el cambio del campo a la ciudad. Pensá que van a una residencia, viven todos juntos, extrañan, lo que hizo que desertaran. La tutora -más tarde dirá que se llama Silvia- nos cambió la vida porque las chicas con ella se abren; muchas veces se le largan a llorar porque son niñas y el cambio les afecta mucho».

El vínculo generado con los niños se fue construyendo y fortaleciendo a través de las directoras de los Lotes 20 y 42, con quienes se comunicaban telefónicamente porque no había -y sigue sin haber- Internet en ninguna de las dos escuelas.

EDUCAR Y CRECER

Tomás pone mucho énfasis cuando habla de Voy con Vos. Es que él es Voy con Vos, claro está. Creció en paralelo a la asociación civil y sin omitir detalle, casi en orden cronológico, cuenta cómo fue evolucionando.

«En 2008 seguimos con el programa de becas y el de Haciendo Escuela, donde, como parte del proyecto, hicimos el de promoción de lectura: instalamos una biblioteca en la escuela del Lote 20, con alrededor de 300 libros y otra en el Lote 42. Son herramientas muy importantes para los chicos porque pueden sacar un libro llevárselo a su casa y leerlo. Son chicos que en su casa no tienen libros; entonces, esto enriquece mucho su escolaridad», dice Montemerlo.

En ese transcurrir, Tomás recibió el constante apoyo de su familia. «Ellos sabían que yo iba a Chaco, no fue de golpe o que caí con la idea de un día para el otro -asegura y vuelve a incluirse el nosotros-. En sí todos los pasos de Voy con Vos fueron progresivos, de a poco, y con el sostén de las familias, que eran las primeras en decirnos que si necesitábamos padrinos ellos nos daban una mano.»

Después de terminar la carrera de Administración en la Universidad de Buenos Aires en 2010, Tomás se quedó dos meses en Chaco. «Ahí fue donde trabajando en las escuelas conocí a otra directora de una institución muy cercana al Lote 20, que se llama Pampa Sena.»

Noemí -así se llama la directora- tenía un sueño grande, pero no imposible: crear un secundario rural. «Sabíamos que era muy difícil, pero nos pusimos las pilas con todo, empezamos a juntar firmas, a recorrer casa por casa, a diagramar el proyecto, ya que había una posibilidad de que saliera en 2011», cuenta el integrante de Voy con Vos.

En febrero del año pasado sale el proyecto, que, según Tomás, fue un 80% trabajo de Noemí, ya que «le puso toda la garra». Por falta de capacidad edilicia -no podía recibir 5 años de un secundario-, se realizó de forma progresiva. «Para 2013 no contaban con aulas para tercer año, entonces tomamos la decisión de salir a construir: trabajamos con un arquitecto, este año nos sentamos con la comunidad y nos dijeron que contábamos con ellos para efectuar la construcción. En marzo debería estar el aula lista», recalca.

Mismo país, diferente culturaComo uno de los fundadores de Voy con Vos, Tomás subraya varias veces que los tiempos de las comunidades rurales son muy distintos de los de la ciudad. «Vos decís que querés construir en julio, pero por ahí en ese mes están cosechando y no podés pedirles que dejen sus actividades para darte una mano. Tampoco se puede planificar desde acá lo que vamos a hacer allá, por eso es muy importante viajar», apunta.

Por eso, parten a Chaco entre 8 y 10 veces anuales, de los cuales Tomás seguro que va 3, «porque me gusta mucho, también por un tema de ver los avances y de aportar para los proyectos. Cuando estudiaba me costaba más acomodarme. Hoy sin facultad, sólo con el trabajo -es empleado en una mediana empresa vitivinícola de lunes a viernes, de 9 a 17- puedo escaparme e ir un fin de semana largo, por ejemplo», relata.

En uno de esas visitas, cuenta el integrante de Voy con Vos, tenía que acondicionar un lugar de la escuela Lote 20 para armar una biblioteca. «Llegué, la comunidad se había comprometido a ayudarme porque teníamos que hacer el cielo raso, pintar, y un día me fallaron todos. Agarré la bicicleta -de verdad me enojé- y fui a buscarlos casa por casa -recuerda Tomás-. Y cuando hicimos el acto de inauguración algunos decían: «Y si el petiso no se ponía bravo no hubiésemos tenido la biblioteca». Es así: hay que conocerlos, entenderlos, generar confianza y también poner límites».

«¿Qué cambios significativos noté en los chicos desde 2007 hasta hoy? Muchos. A ver -hace una pequeña pausa-, cuando empezamos, más en Lote 20, los chicos terminaban séptimo y terminaban séptimo, no estudiaban más. Por ahí, alguno te comentaba qué bueno sería continuar estudiando. Hoy un niño que termina séptimo sabe que tiene la posibilidad de continuar educándose, tiene un amigo como referencia que está estudiando, y piensa: «¿Si mi amigo lo está haciendo por qué yo no?». Se contagian, se genera un boca a boca de que hay que seguir aprendiendo», explica Montemerlo.

Durante la entrevista, Tomás recuerda que prácticamente vio crecer a muchos chicos: «En 2004 eran cositas de menos de un metro y ahora ves que arrancan la secundaria en Pampa Sena. Sorprende y nos ponemos muy contentos de que estén yendo al secundario cerca de sus casas, de que vivan con sus familias. El gran dilema es que vos lo sacás al chico para que vaya a estudiar al pueblo y prácticamente lo estás sacando de su lugar; teniendo el secundario cerca te da la tranquilidad de que todo lo aprendido lo va a poder aplicar en su casa, con su familia y así es mejor en conjunto, como núcleo familiar».

NO BAJAR LOS BRAZOS

Como una de las caras visibles de Voy con Vos, Tomás nunca se planteó dejar de ser voluntario. «Obvio que atravesamos frustraciones muy grandes, pero querer dejarlo no. Es más -dice el representante de esta organización-, el día que no siga con esto, voy a seguir viajando a Chaco porque el vínculo es muy fuerte. Hace casi 9 años que los visito, como que me crié con ellos. Llego al pueblo, un vecino me alcanza a la escuela, compro carne para hacer un asado y me autoinvito a cenar; somos como una gran familia ya.»

«Por eso, cuando frenamos y vemos el recorrido -cuenta Tomás-, los chicos, las familias y todos los cambios que se dieron, pensamos que si tuviésemos que dejar de funcionar, el balance es más que positivo: se marcaron muchas vidas. Quizás a nivel macro-país no es nada, pero cuando conocés la comunidad desde el principio, y ves que hubo un crecimiento importante, sentís que a pesar de las adversidades que tuvimos que pasar, el trabajo que realizamos vale la pena.»

«¿Con qué soñamos? Con tener el secundario en la escuela Lote 42, con crecer -la idea es incorporar una persona fija en Buenos Aires que pueda viajar constantemente a Chaco- y expandirnos. Queremos que los chicos cuenten con todas las herramientas necesarias para que se puedan capacitar en su comunidad y no tener que irse de sus casas para lograrlo, que se puedan quedar en su lugar si así lo quieren y continuar creciendo junto a su familia», concluye Tomás.

BIOGRAFÍA

Tomás Montemerlo

Profesión : Lic. en Administración
ONG : Voy con Vos
Página Web : www.voyconvos.org
Área de acción : asistir de forma integral a las comunidades educativas del Chaco

ESTADO DE SITUACIÓN

 

  • 9,1%
    No va a clases

    Ésta es la cifra de niños de 13 a 17 años que no está escolarizada. Por su parte, el 20% en el mismo rango etario asiste con sobreedad.
  • 7,4%
    Asiste a jornada completa

    Sólo este porcentaje de chicos de 6 a 12 años cursa en doble turno.
  • 38,5%
    Se queja de la calidad

    Éstos son los niños de 6 a 17 años que sostienen que la calidad de la enseñanza es mala o regular.

 

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Fuente: La Nación

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